Página 72 del Códice Emilianense 60 de San Millán de la Cogolla |
Al hablar de las primeras manifestaciones en
prosa, también hablamos de las primeras manifestaciones del castellano, puesto que los orígenes de nuestra lengua comienzan con la filtración del romance hablado en el latín oficial. En palabras de Dámaso
Alonso, “el latín llega a ser español a lo largo de una evolución lentísima y
constante, y nunca podremos cortar por un punto y decir: aquí está el español
recién nacido”. Sin embargo, sí podemos intentar dar cuenta de las primeras
manifestaciones en lengua romance.
Frecuentemente
se escapaban en escritos cultos palabras en lengua vulgar, bien por descuido o
bien por la necesidad de designar nuevas realidades desconocidas en el idioma
clásico. En otras ocasiones, alguien iba anotando la traducción vulgar de
ciertos vocablos sobre los mismos documentos latinos: son las llamadas glosas. Aunque
estas rudimentarias manifestaciones carecen de valor o pretensiones literarias,
sí son de gran importancia lingüística para el estudio del origen del español. Destacamos
las Glosas Emilianenses (del monasterio de San Millán de la Cogolla) y las Silenses
(del monasterio de Santo Domingo de Silos). En las Glosas Silenses aparecen
solamente palabras aisladas, es en las Glosas Emilianenses donde ya aparecen
las primeras frases completas en lengua romance.