Mio Cid: métrica.

El sistema métrico del CMC se basa en versos largos con un espacio interior o cesura que separa cada verso en dos partes internas o hemistiquios. El poema en su estado actual consta de 3730 versos. Se sabe que al manuscrito le falta un folio al principio y otros dos en el interior, por lo que podemos suponer que cuando estaba completo tenía poco menos de 4000 versos (a razón de unos 50 versos en cada folio extraviado). Tanto los versos como sus hemistiquios son anisosilábicos, pues no guardan regularidad en cuanto al número de sílabas:

De los sos ojos       tan fuertemientre lorando : 5+8=13
Tornava la cabeça       i estava los catando : 7+7=14
Vio puerta abiertas       e uços sin cañados : 6+6=12

Esta variabilidad indica que el verdadero fundamento de la prosodia épica no radica en el cómputo silábico, sino en el ritmo acentual, basado en la presencia de determinados acentos tónicos que actúan como apoyos rítmicos. La rima que presenta el CMC es asonante, rasgo característico de la métrica del mester de juglaría. Los versos del CMC se hallan agrupados en tiradas o estrofas monorrimas de extensión indefinida. Cuando varios versos comparten la misma rima constituyen una tirada o estrofa. El cambio de rima, y por lo tanto de estrofa, no desempeña una única misión ni responde a leyes fijas. El manuscrito conservado carece de cualquier indicación expresa de división interna, mas los propios versos del poema aluden a la misma a través de la rima. Lo normal es que cuando el poeta considera cerrado un aspecto de la narración (que puede coincidir o no con un episodio), inicie otra estrofa. Por ejemplo, la primera tirada del CMC (v. 1 - v. 9) narra la partida de Vivar; la segunda (v. 10 - v. 14), el trayecto entre Vivar y Burgos y la tercera (v. 15 - v. 20), la entrada en Burgos. Así pues, hasta aquí, cada tirada o estrofa refiere un cambio de escenario. Por contra, la entrada en Burgos abarca dos tiradas, la tercera que ya hemos mencionado y una cuarta, aunque cada una desarrolla un aspecto diferente dentro de un mismo escenario: la 3ª narra, como ya hemos dicho, la entrada en Burgos y la quejumbrosa acogida de los ciudadanos ; la cuarta, mucho más extensa (v. 21 - v. 64), narra cómo, a pesar de su simpatía por el exiliado, los burgaleses no se atreven a contravenir la orden real que prohíbe hospedarlo, por lo que el Cid y los suyos deben acampar a las fueras de la ciudad a orillas del río.  

Señala Alberto Montaner que en otras ocasiones el cambio de estrofa obedece a criterios más concretos. Por ejemplo, para referir la preparación, el desarrollo y el desenlace de una batalla. También se emplea para delimitar las intervenciones de los personajes, marcando el cambio de la narración en 3ª persona al estilo directo, o bien, en un diálogo, el cambio de interlocutor.


Si quieres consultar online los estudios cidianos de Alberto Montaner y saber un poco más del CMC, puedes consultar la dirección web http://www.caminodelcid.org/Camino_Aspectosliterarios.aspx